Resoluciones sobre Perú

El 2do congreso determinó que

1. Perú desde la post-guerra, ha desarrollado una enorme reserva de mano de obra esclava. Los procesos de destrucción de la vieja comunidad campesina, la reforma agraria burguesa del nacionalista burgués Velasco –que no fue sino un paliativo y una forma de conseguir base social en el campo– creó un enorme ejército de desocupados, semi proletarios. 
El capitalismo imperialista, es incapaz de llevar a cabo las tendencias que este mismo engendra. Existe una tendencia a la proletarización; pero es incapaz de llevarla hasta el final, por su propia naturaleza parasitaria y agonizante.  Por eso, en esta época surgen capas de desocupados, semi proletarios, generaciones enteras que son arrancadas del campo, que van a la ciudad, que nunca entrarán al proceso de producción, o lo hacen de manera intermitente, surgiendo, al decir de Trotsky, una “sub clase de desocupados”.
Existen franjas de campesinos haciendo subsistencia, en las ciudades franjas enteras de ejército obrero de reserva dedicado al “trabajo independiente”, a la venta ambulatoria, al trabajo a domicilio, etc. Eso es lo que pasa en Perú. Es lo que explica profundamente las impresionantes luchas políticas de masas protagonizadas por los explotados del campo, como fue recientemente Bagua.
El hecho de que al costado de poblados sin agua, ni luz, que viven como en el siglo XIX, cuya conexión con el exterior son canoas a los poblados más grandes a abastecerse, se desarrolle la extracción de petróleo, gas, minería, que significan millones de dólares extraídos de la nación saqueada, lleva a las masas explotadas a apuntar directamente a esos monumentos de riqueza. Ven en ella el futuro, su futuro. Si fuera cierto el cuento de las ONGs ambientalistas indigenistas, etc, las masas explotadas harían una enorme jacquerie, harían como los obreros de principios del siglo XIX en Europa, que rompían las máquinas: los explotados no pararían hasta desalojar las empresas y que ya no hayan pozos, gasoductos, explotación minera, etc. Pero vemos lo contrario: la toma de esas instalaciones, incluso con demandas que incluyen el aumento de salario y que tomen más mano de obra del lugar. Las masas hambrientas y desocupadas del campo quieren trabajo, y entran en lucha política cuestionando la propiedad de los imperialistas, no quieren una vuelta al año 1491, como dicen los Hugo Blanco y los indigenistas. Y lo exigen tomando los métodos obreros de lucha, como la ocupación de empresas, el piquete armado, la huelga.
Estamos en el momento en que la tendencia contrarrestante, es decir el saqueo de las riquezas mineras de Perú, y la esclavización de la mano de obra desocupada, crea un poderoso proletariado minero, como cuando surgía la clase obrera minera en Bolivia, cuando esta desarrollaba la extracción del estaño para abastecer al bando aliado en la segunda guerra. A la vez, este ciclo de crecimiento arrastra a otros sectores: manufactura, construcción, etc., que se desarrolla en la capital.

2. La situación es lo más revolucionaria que lo permiten las direcciones traidoras; se atraviesa hoy por una fase de guerra civil, donde ya no hay una relación más o menos “pacífica” entre las clases, sino revueltas, semi insurrecciones, huelgas políticas parciales, y masacres y acciones contrarrevolucionarias de la burguesía. Vemos la reciente huelga indefinida de los mineros artesanales, que incluye bloqueo de carreteras en los departamentos de Arequipa, Madre de Dios e Ica –es una lucha donde están pequeños patrones y proletarios– que fue reprimida salvajemente por la guardia de asalto, siendo asesinados 4 mineros, 10 han sido desaparecidos, y 24 heridos. La unidad de los explotados del campo, semi proletarios y ejército de reserva, con sus hermanos de clase de la ciudad, y el proletariado minero e industrial en sus propios organismos de democracia directa y armamento, llevando adelante la huelga general insurreccional contra el régimen del TLC, derribándolo e iniciando la revolución, está a la orden del día.
La revolución peruana saldría a poner un obstáculo contra los pactos contrarrevolucionarios, como en Bolivia; la esclavización de la clase obrera por la traición de la burocracia y la izquierda reformista, como se da en Brasil y Argentina, y sobre todo, la entrega de Cuba al imperialismo, que se está cocinando, podría ser un shock eléctrico para la clase obrera latinoamericana. 

3. Por ello tanta centralización desde las direcciones hasta las más pequeñas sectas en Perú al compás de la V Internacional, que incluso interviene directamente, como es Morales asistiendo y dando un barniz “antiimperialista” a los encuentros indigenistas en Perú.
Las direcciones traidoras centralizadas por la V Internacional tienen una política para las masas del campo de Perú que es el indigenismo, política aprobada el 2005 en la “Contracumbre” bolivariana en Mar del Plata, y que ya fuera aplicada en Ecuador, Bolivia, México. Es para abortar la alianza obrera y campesina y que los sectores proletarios y semi proletarios del campo no se unan a sus hermanos de clase de las ciudades, una política claramente determinada para que la ola revolucionaria no llegue a la capital y termine en una huelga general política que plantee la cuestión de quién es el dueño del país, los imperialistas y sus socios menores, o la clase obrera y los explotados del campo y la ciudad; es decir, la revolución.
Buscan que las energías de las masas explotadas de las regiones queden en estallidos aislados, para que así se desgasten y estén en las peores condiciones para responder a mayores y superiores ataques de la burguesía y el imperialismo. 
Las direcciones unidas por la V Internacional –desde los PC y PR, hasta los maoístas polpotianos de SL, también los renegados del trotskismo– sostienen al régimen del TLC. Primero impidieron que la caída de Fujimori abriera la revolución, echando agua a las masas, llevándolas a apoyar a Toledo y estando en una mesa de concertación liderada por la embajada yanqui –a través de la OEA– para una transición pactada; sostuvieron al gobierno provisional que salió de ese pacto contra las masas; luego sostuvieron a Toledo, e incluso el 2004, cuando ardía la comuna obrera y campesina de Ilave, se ofrecieron para participar en un gobierno de unidad nacional. Prepararon la vuelta de García, apoyando a Humala, haciendo pasar el TLC en el 2006. Luego también sostienen a García impidiendo a toda costa la huelga general. Envenenan la conciencia obrera con la colaboración de clases, de que con la “revolución bolivariana” se combate al imperialismo, apoyan los pactos contrarrevolucionarios como en Bolivia, los frentes democráticos con Obama, y el acuerdo entre la burocracia cubana y el imperialismo yanqui de entregar el estado obrero a Wall Street.   
En todos estos años, los renegados del trotskismo han jugado un rol de burocracia de izquierda, apoyando a la burocracia sindical stalinista, y hoy son parte de la V Internacional. No se puede descartar ninguna posibilidad que o bien solos o de la mano del stalinismo de “izquierda”, construyan nuevas mediaciones para las masas.
Mientras, la burguesía bolivariana, que es esencialmente reclutada entre las patronales regionales, super explotadoras, que exprimen a los explotados del campo, pelean por sus interés: que la burguesía limeña, no se quede con las migajas que deja el imperialismo del saqueo de la nación, que las reparta. Su programa es esencialmente mayor impuesto a las transnacionales, y que sean administradas por los gobiernos regionales, es decir, a las mismas burguesías regionales. Como mostraron las semi insurrecciones locales en el Perú profundo, son incapaces de contener a las masas. Esta burguesía, como las bolivarianas o no, no son más que agentes del imperialismo, al que están ligados por miles de negocios y el interés común contra la revolución socialista.
Es decir: los diques de contención están débiles. Años de sostener a la seudo democracia peruana, ha llevado al descrédito a la dirección de la CGTP. Ni Humala ni ningún caudillo regional tiene el apoyo de los obreros y campesinos; en realidad si la burguesía bolivariana puede ponerse a la cabeza en marchas y mítines, es debido a que es la dirección de la CGTP quien la pone al frente, y la ligazón que tienen con Morales y la estafa de la “revolución bolivariana”. Es por eso que es política de la V Internacional reforzar estos diques , con la intervención de Evo Morales, puesto que los obreros y campesinos creen que este es el dirigente de la revolución boliviana y no su entregador; y esto es muy necesario para Morales, ya que una revolución en Perú sería un shock eléctrico para el proletariado boliviano, que podría ponerse de pie nuevamente, romper con el frente popular y retomar el camino revolucionario del 2003-2005.       

4. Es que el imperialismo y su agente la burguesía peruana han aprendido la lección de 1977-1978. El proletariado y sus aliados los campesinos se enfrentaban a una dictadura militar semi fascista como era la de Morales Bermúdez, quien viniera luego de que al proletariado se le sometiera al nacionalismo burgués del general Velasco. Luego de duras huelgas departamentales contra los ataques abiertos contra los obreros y pueblo explotado, donde se pusieron en pie en la lucha los embriones del doble poder, los frentes de defensa, estos conjuntamente con el proletariado de la capital impusieron una huelga general en julio de 1977. Esta acción fue la huelga, como decía Trotsky en “¿Adónde va Francia?”, una acción independiente que abrió la revolución peruana.
El rol que jugaban las tendencias que se reclamaban del trotskismo. Blanco era una figura reconocida en la vanguardia obrera y juvenil latinoamericana; mandelismo, morenismo y lambertismo, empezaron a crecer y asumir direcciones de sindicatos mineros, fabriles de Lima, y la dirección de los obreros agrícolas de Cusco. El stalinismo se había incendiado por completo por el apoyo abierto o velado a la dictadura militar, y diversas fracciones castristas y maoístas trataban de reacomodarse. En cambio, las fracciones “trotskistas” lideradas por Mandel, Lambert y Moreno, unidas en un frente (el FOCEP), tenían un enorme peso y autoridad en la vanguardia obrera y entre los explotados. Envés de desarrollar los frentes de defensa como soviets y milicias, para aplastar a la transición pactada entre los militares, el Apra y los socialcristianos (una política hecha para salvar, mediante constituyente y elecciones en 1980 a la burguesía y al imperialismo), los “trotskistas” se subordinaron a la burguesía a través de una política hilferdingista. Planteando en la primera sesión de la asamblea constituyente de 1978 la “moción roja”: la constituyente debía votar un gobierno socialista amplio presidido por Hugo Blanco, junto con el stalinismo. Con esa política subordinaron a la clase obrera a la burguesía y sus instituciones, impidiendo que este fuera el caudillo de la nación oprimida.
El resultado fue el aborto de la revolución. El surgimiento de un régimen burgués más estable, que no dio ni pan ni tierra ni trabajo, llevó a la ruptura de la alianza obrera y campesina. La tragedia fue que surgieron sectores campesinos y de explotados del campo, que se fueron a la guerrilla de Sendero Luminoso, una secta maoísta polpotiana, abriéndose una larga guerra civil en el campo. La ruptura entre los campesinos y los obreros fue una política preparada por el stalinismo, que se dividió tareas, mientras la izquierda “legal” sindical y parlamentaria (IU) controlaba a los obreros de las ciudades, la guerrilla polpotiana de SL se encargaba de separar a los campesinos de los obreros. 
Esto llevo a una descomposición tal de las clases, en medio de una crisis económica catastrófica, que le abrió el camino a un mediocre profesor de ingeniería a ser el Bonaparte que necesitaba el imperialismo para postrar a los obreros y las masas explotadas del campo: Fujimori, que impuso un régimen bonapartista de terror y ataque contra las organizaciones obreras, y sometiendo la nación al imperialismo.
Esa es la profunda lección que ha sacado los enemigos de clase. Que nunca más haya una huelga general ni alianza obrera y campesina que una las masas explotadas de las regiones con el proletariado de la capital, porque peligran sus intereses con el inicio la revolución. 

5. De allí también el enorme peso que ha adquirido el stalinismo. La revolución peruana, que se desarrollaba a la par que la iraní y la centroamericana, hijas tardías del 1968-74, le dio una oportunidad al “trotskismo” para acabar con el stalinismo. Su traición en 1977-78, le permitió a Sendero y al stalinismo en su conjunto a degenerar a toda una generación de la vanguardia obrera, y asentar su prepoderancia entre los obreros, las masas explotadas del campo, y los jóvenes.
El stalinismo, el maoísmo, senderismo, han envenenado a los grupos que se reclaman “trotskistas” hasta los tuétanos, es imposible refundar el trotskismo peruano sin acabar con esta sífilis en el movimiento obrero.

6. Sacar las lecciones de la traición de la revolución de 1977-78, no es para nada secundario. En América Latina, las dos únicas revoluciones donde el “trotskismo” tenía la posibilidad de triunfar, fue en Bolivia en 1952, y en Perú en 1977. La traición a estas revoluciones marcó hitos en los saltos de descomposición y degeneración de la IV Internacional.
Comprender esto es importantísimo para todos los que pelean por la refundación de la IV Internacional, y será imposible que el trotskismo peruano se ponga de pie sin sacar estas lecciones
Estas primeras lecciones de la revolución peruana de 1977-78 no pudieron sacarse desde Perú; sólo pudieron ser sacadas desde una fracción internacional trotskista luchando por poner en pie un centro internacional puesto que “se acabó la época de programas nacionales”; superiores reagrupamientos del trotskismo principista las mejorarán y superarán.

7. La huelga general política está a la orden del día. Una huelga general insurreccional que golpee en la capital. Abriendo la revolución, que libere a la nación del yugo imperialista con la revolución socialista, que vuelva a Perú bastión de la revolución socialista, latinoamericana e internacional.
La amplia mayoría del país pelea por pan, es decir, por trabajo. ¡Reducción de la jornada para tener más puestos, sin reducir el salario básico! ¡Salario básico que cubra la canasta familiar (1000 dólares mensuales) para todos! ¡Todos a planilla!
Es más, en varias ramas, como la textil, se cierran fábricas, y dos siderúrgicas emblemáticas (Gerdau ex Sider de Chimbote y La Oroya-Doe Run), están paralizadas: ¡Estatización sin pago y bajo control obrero de la rama textil y de Doe Run y Gerdau! ¡Por comités obreros de fabrica y empresa que garanticen el funcionamiento de las empresas!
Para los campesinos que quieren tierra: solo la expropiación de los parásitos imperialistas que saquean a la nación puede darles a ustedes tierra productiva, crédito barato y tecnología, porque son ellos los que tienen en sus manos los bancos, las patentes de tecnología agrícola, controlan el comercio exterior, y el TLC y las leyes les dan vía libre para apropiarse de tierras. Los obreros para conseguir un aumento real, mantener sus puestos de trabajo, deben acabar con los parásitos que chupan la sangre obrera y saquean la riqueza minera, de gas y petróleo de la nación. Obreros, explotados del campo, y la ciudad, tenemos un solo enemigo: los imperialistas yanquis, franceses, alemanes, españoles, que nos saquean: ¡Estatización sin pago de Yanacocha, Barrick, Repsol, Petrobras/TotalFina! ¡Abajo el TLC! ¡Romper con todos los acuerdos económicos, políticos, y militares con los imperialistas y sus socios menores, tanto los “bolivarianos” como los que no!
Debemos acabar  con los personeros de los imperialistas en el país, con su gerencia actual y los nuevos gerentes que se preparan –Humala, Flores, etc.– por eso: ¡abajo el régimen del TLC, con su presidencia casi monárquica, su parlamento de alzamanos entreguistas, su oficialidad y alto mando genocidas, su policía criminal y asesina!
Para echarlo abajo: ¡Huelga General Indefinida! Organicémosla con un congreso obrero, campesino y popular con un delegado cada 100 luchadores, delegados rotativos, sometidos a su base. Ante la represión salvaje unamos todos los piquetes en un solo Comité Nacional de Autodefensa y proteger nuestras vidas y hacer la huelga general.
Para lograr eso, ¡rompamos con la revolución bolivariana sirviente de los imperialistas, y con su personero Humala! ¡Abajo la burocracia de la CGTP, los Huamán/Auris/Cortéz, cobardes organizadores de derrotas que dejaron pasar el TLC, el asesinato de nuestros hermanos de clase, como fue la masacre de Bagua, y el encarcelamiento y la tortura de valientes luchadores! ¡Por eso la necesidad de un congreso democrático de las CGTP y de todas las organizaciones obreras, campesinas, de explotados, que derribe a esa dirección traidora! ¡Abajo el gobierno asesino de García, por un gobierno obrero y campesino basado en las organizaciones de democracia directa y autodefensa de los obreros y explotados! ¡Ese es el único gobierno que resolverá las demandas de las masas, ayudando a poner de pie al proletariado del continente, luchando por la revolución socialista internacional!

8. Nuestra pelea inmediata es por los cuadros, por organizar militantes que en la futura revolución, en los organismos de democracia directa y armamento que puedan surgir, donde las masas revolucionarias y su vanguardia prueban y destituyen a sus direcciones, los trotskistas se convertirán, a condición de no capitular, en una potencia, que incluso pueda ser una pluma que incline la balanza a favor del triunfo. 
Existen muchos grupos, células dispersas, de obreros y jóvenes que buscan un camino verdaderamente revolucionario en Perú; al calor de la guerra civil estos pueden agruparse en torno a la bandera de la IV Internacional, y a lo que se juegan los renegados del trotskismo y sus jefes del estado mayor de la V Internacional es que esto no suceda, y que terminen como grupos dispersos locales. Nuestra política hacia estos grupos, es que tomen a nuestra fracción como herramienta para refundar la IV Internacional, que estos grupos junto a la FLTI,  en pelea de partidos ante la vanguardia obrera y juvenil que odia mortalmente a los viejos aparatos, una pelea contra la V Internacional, contra el maoísmo, el stalinismo, y los grupos celiahartianos que posan de “trotskistas” para ubicarse mejor. Porque la defensa de la IV Internacional de 1938, de su programa, principios y estrategia, la pelea para refundarla, ha pasado a ser un test ácido. Quien no lo pasa, está de una forma u otra con la V Internacional.

 

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